martes, 17 de mayo de 2011

La isla del Hudson se vuelve una metrópoli.

La isla que hoy en día se encuentra ubicada en la desembocadura de dos ríos, fue comprada en 1626 por el director general de la colonia neerlandesa de Nuevos Países Bajos, Peter Minuit en 24 dólares. Lo que al principio era una isla selvática con algunos senderos y caminos entre los diferentes asentamientos indios, más tarde se convertiría en una pequeña cuidad con pequeñas casas al estilo de los Países bajos, una escuela donde principalmente se enseñaba el latín, una iglesia, un hospital, una cervecería, tabernas, cafeterías y un ayuntamiento, todo gracias a los ciudadanos de New Amsterdam ( Cómo era llamada Nueva York en la época), quienes buscaban logarar mejores negocios en el Nuevo Mundo de los que jamás lograron en el Viejo Continente. Más tarde la ciudad sería llamada Nueva York, en honor al hermano del rey inglés, el duque de York. Fue entonces cuando Nueva York empezó a crecer y para 1690 la ciudad ya contaba con 3900 habitantes siendo la 3era cuidad mas habitada después de Boston y Filadelfia. Pero a diferencia de estas dos colonias, Nueva York, tenia un estilo de vida loco y desenfrenado. Sus habitantes mostraban ostentosamente sus riquezas, acudían a sus bailes con sus mas elegantes vestidos. Aquí empieza Nueva York a convertirse en una ciudad llena de vida, de fiestas y de elegancia, dando pasos agigantados a transformarse en una metrópoli de gran importancia a nivel mundial. Más tarde hacia 1760, la soberanía Británica llego a su fin, ya que el pueblo estadounidense cansado de sus restricciones comerciales e impuestos se cansó y decidió por fin al abuso, sin embargo Nueva York, y sus comerciantes creían que no había razón por la cual luchar en contra de Inglaterra, ya que a su parecer el comercio con el Imperio Británico funcionaba extraordinariamente bien. Entonces para el 4 de Julio de 1776 fue proclamada la independencia de Estados Unidos del Imperio Británico sin la aprobación de Nueva York. 

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